Algunos dirán que es muy temprano para hacer una evaluación
de la gestión del recién inaugurado presidente Laurentino Cortizo. Hace sólo 10
días tomo posesión de su cargo, junto con sus ministros y otros altos
directivos del gobierno. Mi intención no es – obviamente - pasar revista de sus
logros o limitaciones en materia de políticas públicas. Más bien me parece que
es oportuno definir cuales son los parámetros sobre los cuales habría que hacer
esas evaluaciones. Personalmente, me inclino por buscar en el discurso del
equipo dirigente su propuesta para el desarrollo del país. Entiendo por
desarrollo la inclusión de la población en los procesos productivos, que se
refieren no sólo a lo económico (mejor distribución de más riquezas) sino
también a lo cultural (identidad) y lo político (democracia).
Cortizo ya sentó las bases de su gestión sobre cuatro pilares
y una ‘estrella’ que es la educación. Los cuatro pilares son la guerra contra
la corrupción, las reformas constitucionales, una economía competitiva y acabar
con la pobreza. Para alcanzar estos objetivos el presidente necesita más que un
‘buen gobierno’. Panamá exige una dirección que tenga una visión clara del
futuro, basada en un conocimiento preciso del pasado y una comprensión de dónde
se encuentra actualmente el país. Esta ‘visión clara’ tiene que ser
complementada por un conjunto de alianzas estratégicas que comprometan a todos
los sectores sociales del país.
Uno de los pilares de Cortizo es la ‘economía competitiva’.
Este pilar podría considerarse como la base que da sustento a las otras tres.
Es lamentable que el nuevo gobierno presente el pilar económico en términos
ideológicos. Lo ‘competitivo’ puede entenderse de cualquier manera según el
interés de los grupos que luchan por el control de la producción y distribución
de las riquezas nacionales. ¿Quiénes compiten por las rentas que arroja la posición
geográfica? La economía tiene que entenderse como un reto para todos. Hay que
sumar a todos los panameños en una política que garantice el desarrollo del
país. Nuestra posición geográfica es historicamente el principal recurso
económico del país. Así lo entendieron los españoles después de la conquista
hace 500 años, los ingleses no se quedaron atrás y los norteamericanos se
‘tomaron’ el istmo durante todo el siglo XX.
La pregunta que cualquier gobernante debe hacerse es qué va
a hacer con este recurso tan valioso que sigue siendo apetecido por potencias
mundiales. El expresidente Varela, al regreso en 2017 de su viaje pionero a
Pekín, desilusionó a los panameños cuando anunció que los chinos tenían muchos
planes para Panamá. El pueblo quería saber que planes tenía el gobierno para
enfrentar un mundo complejo. Una ‘economía competitiva’ es lo mismo de siempre:
La ‘competencia’ (guerra) entre sectores de la oligarquía que se quieren
apropiar de las enormes riquezas del país (posición geográfica, tierras
fértiles y, últimamente, yacimientos mineros). Esta ‘competencia’ es
mediatizada por la potencia de turno. EEUU construyó el Canal para valorizar la
posición geográfica y creó enclaves (United Fruit y Del Monte) para explotar
las mejores tierras.
El general Torrijos dijo en su momento que hay quienes
manejan con ‘luces largas’ y otros con ‘luces bajas’. La ‘economía competitiva’
corresponde a las ‘luces bajas’. ¿Quiénes están compitiendo? El gobierno de
Cortizo tiene que entender que estamos en una cancha donde EEUU y China
‘compiten’ por la dominación de los mercados mundiales. Nuestra posición
geográfica es vital para los planes de esos países. Es importante saber como
terminará el enfrentamiento. Más importante, sin embargo, es saber cómo
navegará Panamá en esas aguas turbulentas. Para emprender ese viaje tenemos que
saber ¿qué recursos humanos y naturales tenemos?, ¿qué sectores del país
tenemos que fortalecer? y ¿qué aliados tenemos?
La metáfora de Torrijos se puede complementar con la otra
que subraya la diferencia entre un político y un estadista. El político está
pensando en como ganar las próximas elecciones. En cambio, el estadista está
pensando en la próxima generación. Sin duda, la gesta del 9 de enero de 1964
abrió el camino para consolidar la soberanía por parte de quienes pensaban en
las futuras generaciones. Posteriormente, nos hemos quedado con dirigentes que
sólo piensan en las elecciones. Cortizo tiene que revisar el concepto de
‘economía competitiva’ que es una versión torcida y a corto plazo de lo que
aspiran los panameños. Tiene que ponerse a la altura del estadista y encender
las luces largas.
11
de julio de 2019.
Muy bueno.
ResponderEliminar