En el encuentro entre los 7 candidatos a la Presidencia de
la República en la Universidad de Panamá, todos coincidieron en que el país
está en una crisis y se requieren cambios. Sin embargo, sólo uno de los
candidatos planteó el problema de fondo y la necesidad de hacer
transformaciones de carácter general (de la estructura). Unos plantearon que
era urgente disminuir el costo de las medicinas. Otros señalaron que
introducirían cambios en la redacción de varios capítulos de la Constitución
Política. Algunos hicieron mención de otros cambios.
Saúl Méndez, candidato del Frente Amplio por la Democracia
(FAD), fue quien mencionó el problema estructural del país. Señaló que eran las
políticas neoliberales - desde 1990 - que explican la crisis del país. ¿En qué
consisten las políticas neoliberales? Se pueden resumir en tres puntos. Por un
lado, la privatización de todas las empresas públicas que le dan servicios a la
población. Por el otro, la desregulación de los mecanismos que protegen a los
consumidores y pequeños productores: Control de precios, importación de
productos agrícolas, zonificación urbana, implementos educativos y
medicamentos. Por último, la flexibilización de la relación obrero patronal que
le permite a los empleadores modificar el nivel de los salarios y poner fin a
la relación de trabajo de manera arbitraria.
Las políticas neoliberales en 30 años han contribuido al
empobrecimiento de la familia panameña (del campo y de la ciudad), el
incremento de la desigualdad social, el colapso del sistema educativo y de las
instituciones de salud. A pesar de que el producto interno bruto (PIB) de Panamá se multiplicó cinco veces en
20 años (de US$12 mil millones a 60 mil millones), el crecimiento sólo ha
favorecido a un grupo de capitalistas que se concentra en el sector financiero.
Mientras que el sector financiero creció en un 600 por
ciento entre 2000 y la actualidad, los sectores productivos – industrial y
agropecuario – se estancaron. Esta situación explica que el 50 por ciento de la
fuerza de trabajo se encuentre en el sector informal (sin contrato, sin
seguridad social, con salarios bajos y desorganizados).
Los tres candidatos de los partidos tradicionales (de la
oligarquía panameña) abordaron las preguntas (llamado debate) en la forma
esperada. Son los arquitectos que diseñaron el ‘modelo económico’ que hay que
transformar. Todos se destacaron por la corrupción y la incapacidad para darle
liderazgo al país. Cuando se les preguntó que harían para asegurar la seguridad
alimentaria del país respondieron que apoyarían a los productores agrícolas y
prohibirían la “importación de alimentos”. No abundaron sobre el tema ya que no
tenía mucho sentido. Sobre la educación y la salud repitieron las promesas de
antaño: Eliminar las ‘escuelas rancho’ y llenar los dispensarios hospitalarios
del país con medicinas. Los tres candidatos del PRD, Cambio Democrático y
Panameñista prometieron reformar la Constitución Política convocando una
Constituyente paralela o introduciendo reformas en dos Asambleas consecutivas.
Lo mismo que dijeron los últimos seis gobiernos. “Cambiar todo, para que todo
siga igual”.
Entre los 3 candidatos por la libre postulación (que son
llamados por error como ‘independientes’), las críticas a los gobiernos de la
oligarquía fueron más severas. Sin embargo, no mencionaron el ‘modelo
económico’ y la necesidad de transformarlo. Uno hizo énfasis en que todos los
partidos oligarcas son corruptos. Otro aseguró que sacaría a todas las
‘botellas’ del gobierno. El tercero prometió transformar el sistema de
educación pública y crear una ‘autoridad’ similar a la Autoridad del Canal de
Panamá.
El ‘debate’ fue trasmitido por televisión en una cadena
nacional. Los expertos en política electoral señalan que la apariencia de los
candidatos es tan importante como la propuesta. Es probable que los expertos
están haciendo sus mediciones sobre este punto.
En lo que se refiere al futuro del país, Saúl Méndez y el
FAD parecen tener la visión más coherente, que toma en cuenta a la gente y sus
necesidades. Hay que introducir nuevas políticas en todas las áreas. Hay que
comenzar por cambiar el ‘modelo económico’ con un proyecto de desarrollo
nacional. Hay que garantizar la regulación de los recursos del país para
beneficio de todos los panameños.
A su vez, erradicar los privilegios de unos pocos y
garantizar un modelo que privilegie la producción sostenible. Por último,
asegurar la intervención de la sociedad en el sector productivo para acabar con
la corrupción y la desigualdad social.
7
de marzo de 2019.
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