El secretario general de la
Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, ha decepcionado a los
pueblos de la región, incluso en EEUU. Ha adoptado las peores causas en su afán
de proyectarse como político capaz de servirle a las autoridades
norteamericanas. Mientras visitaba Bolivia, en días pasados, se le ocurrió
decir que la invasión militar norteamericana a Panamá en 1989 fue una
‘intervención’.
La decisión del entonces presidente Bush (padre) y su
lugarteniente, general Colin Powell, tuvo un precio altísimo en vidas humanas.
La herida sigue abierta y EEUU nunca ha mostrado interés en cerrarla. Almagro
sabe que la OEA, por una amplia mayoría de sus miembros, condenó a EEUU por
desconocer la soberanía de Panamá y por declarar la ‘guerra total’ contra un
país sin ejército, ni aviación capaz de enfrentar los bombardeos
norteamericanos. Igualmente, la ONU repudió las acciones militares de EEUU que
causaron más de mil muertos. Además, desde entonces, Panamá se ha visto
obligada a someterse a toda clase de presiones de Washington: políticas,
económicas e, incluso, culturales.
Sólo 25 años antes – en 1964 – tropas norteamericanas
atacaron a estudiantes que protestaban su presencia en el país matando a 23
jóvenes. Mientras que los estudiantes lanzaban piedras y colocaban la bandera
nacional en lugares estratégicos, los soldados norteamericanos respaldados por
tanques y armas de alto calibre, disparaban contra los jóvenes patriotas. Un
general norteamericano describió la escena desde su cómodo palco de comando
como ‘una cacería de patos’.
En esa oportunidad, la OEA no condenó a EEUU que se refugió
bajo el falso manto de la ‘defensa propia’. Las mejores mentes jurídicas de
América latina condenaron a la OEA por ser tan pusilánime. La mejor defensa
vino de los pueblos de todo el mundo que se solidarizaron con Panamá.
Solidaridad que supo manejar muy bien el general Torrijos pocos años después
para negociar un tratado con EEUU que significó la evacuación de todas las
bases militares de ese país en Panamá, la desaparición de la colonia llamada
Zona del Canal y la entrega del Canal.
Si en 1964 el pueblo panameño recuperó su hegemonía – su
proyecto de nación - frente a la ocupación y humillación de EEUU - en 1989 la
volvió a perder bajo el bombardeo norteamericano.
El pueblo panameño sigue traumatizado por el recuerdo de las
ruinas de El Chorrillo que dejó la invasión. Generación tras generación le
traspasa la imagen del sufrimiento ante un agresor insensible y cruel. El señor
Almagro llamó esa derrota una ‘intervención’ que supuestamente tenía como
objetivo restaurar la democracia en Panamá. El señor Almagro no tiene por qué
ser un experto en historia universal, tampoco en la historia de Panamá. Pero si
tiene que ser un conocedor de la historia de América latina y sus relaciones
con EEUU para ser secretario general de la OEA. El sabe que cuando EEUU invade
un país – en América latina o en cualquier otra región del mundo – no es para
mejorar las condiciones de vida de sus pueblos. Tampoco tiene interés en
instaurar gobiernos democráticos. En el breve siglo XXI, los golpes se
inauguraron en Honduras (2007), siguieron en Paraguay (2012) y Brasil (2017).
Para el señor Almagro sólo fueron ‘intervenciones’ para restaurar la
democracia. ¿Cómo calificaría la fracasada invasión de Cuba en 1961, la
‘contra’ en Nicaragua (década de 1980) y el golpe fallido en Venezuela en 2002?
La historia no recordará al señor Almagro. Sin embargo, la
historia si recordará el heroísmo del pueblo venezolano que resiste los ataques
irracionales por parte de tres presidentes de EEUU. Todos han dicho que las
reservas de petróleo más grandes del mundo son de ese país. El secretario de
Estado, Mike Pompeo, declaró que una vez eliminado el presidente Nicolás
Maduro, entrarían las compañías norteamericanas a extraer el oro negro de las
entrañas de la patria bolivariana. Así restaura la democracia EEUU.
Pero ¿qué hacía Almagro en Bolivia? Buscaba el voto del
presidente Evo Morales en las próximas elecciones para secretario general de la
OEA. En la OEA hay 34 países con derecho a voto. Almagro necesita 18 para ser
elegido. EEUU ha reunido 17 votos. En Sur-América tiene 7 votos. En
Centro-América tiene cinco. En Norte América tiene 2 y en el Caribe 3 más. Le
faltan votos. ¿Qué le diría Evo? ¿Qué autoridad moral tiene Almagro para
pedirle el voto a cualquier país?
30
de mayo de 2019.
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