A Donald Trump se le ve como el gran disruptor del orden
establecido en el siglo XXI, creando caos en el mundo entero. Hay fuertes
indicios que otro gran ‘disruptor’, del siglo XX, - Henry Kissinger – esta
asesorando al presidente de EEUU. Trump no tiene muy claro qué representa
Kissinger, pero coincide en puntos estratégicos como Rusia, Medio Oriente y
América latina. Kissinger tampoco tiene muy claro quien es Trump. El ocupante
de la Casa Blanca es más un provocador que un estratega. Por algo el Congreso
lo está investigando para ver si lo enjuicia e intenta separarlo de su alta
magistratura.
Según algunos analistas, Kissinger aún añora ser una pieza
en la configuración de las fuerzas que se enfrentan en el plano mundial. Fue el
hombre que dividió el eje chino-soviético durante la Guerra Fría. Ahora
pretende crear un nuevo orden en un entorno que cambia rápidamente, comenzando
con un Tratado de Paz entre EEUU y Corea del Norte. El mundo actual está lleno
de contradicciones. China está creciendo rápidamente y quiere alcanzar a EEUU.
Mientras tanto, Rusia más débil y cautelosa, atraída por la perspectiva de
frenar las iniciativas de EEUU, se ha alineado estratégicamente (por ahora) con
Pekín. Apretada entre estos dos polos, Europa se encuentra demasiado
dividida para desempeñar un papel mediador significativo.
La analista Reva Goujan identifica como tema central en el
pensamiento de Kissinger la noción de desequilibro. Kisinger ve el mundo en un
estado de desequilibrio creciente con China y EEUU, cada uno con su
propia pretensión de ‘excepcionalidad’ histórica, compitiendo en el centro de
gravedad del sistema internacional. Después de ser el centro de su propio
mundo durante siglos, China fue empujada a un orden dirigido por Occidente,
aunque no tomó parte en la redacción de las reglas del sistema. “Con el
tiempo, como advierte Kissinger, China esperará revisar las reglas del orden
contemporáneo para adaptarse mejor a sus necesidades. El impulso global de
China está en curso de colisión con EEUU, a menos que éste pueda encontrar una
manera de coexistir y equilibrarse contra una China en ascenso.
Kissinger fue quien le sugirió a Trump que EEUU debería
trabajar con Rusia para contener a una China en ascenso. La fama de Kissinger
radica en el diseño (en la década de 1970) de la táctica de establecer
relaciones diplomáticas con China para aislar a la Unión Soviética. Ahora
recomienda una alianza con Rusia para aislar a China. La idea se ha visto
complicada por la deferencia de Trump hacia el presidente Putin y la oposición
del ‘establishment’. Kissinger ha sostenido reuniones con Trump en varias
ocasiones. También con los miembros de su círculo más íntimo. Según la analista
Bethany Allen, es un reflejo de cómo han cambiado dramáticamente las relaciones
geopolíticas en el último medio siglo. Allen señala también que “Kissinger
tiene una línea directa con el presidente chino Xi Jinping. Además, se ha
reunido con Putin 17 veces a lo largo de los años.
Kissinger ha abogado repetidamente por una mejor relación de
trabajo entre Washington y Moscú. Sobre la cumbre en Helsinki entre Trump
y Putin, dijo que “era una reunión que debía tener lugar”. Un ex funcionario
del gobierno de Trump se refirió a la postura del ocupante de la Casa
Blanca hacia Putin durante la cumbre de Helsinki como “el revés de la jugada de
Nixon en China”. La misma fuente dijo que “Rusia y China se están juntando, lo
que representa una combinación letal”.
Kissinger debe tener influencia sobre la política exterior
de Trump hacia América latina. Desde su toma de posesión en enero de 2017,
Trump sólo ha mostrado desprecio hacia la región. Siguiendo los pasos de
Kissinger ha atacado a Cuba, Venezuela, Nicaragua y Bolivia. Kissinger fue
quien orquestó el golpe militar de Pinochet contra el gobierno democrático de
Salvador Allende. En 1970 Kissinger dijo que “no había que esperar y permitir
que un país se vuelva comunista debido a la irresponsabilidad de su propio
pueblo...” Kissinger le aseguro al entonces jefe de la CIA que Washington “no
dejara que Chile se eche a perder”.
Sobre Argentina, le instó a los militares a liquidar la
oposición y poner fin a la “guerra sucia”. En 1976 le dijo al gobierno
argentino que “deseaba que (los militares) tengan éxito, cuanto antes mejor”.
Ese mismo año también amenazó con atacar a Cuba.
10.10.19.
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